sábado, 2 de agosto de 2008

Interpretar la Biblia convenientemente.

Mi maravillosa religión tiene una referencia clara, objetiva y ejemplar que no es otra que la Biblia sagrada. En este sagrado bestseller, que muy poca gente se ha leído, se concentran tanto la historia de mi religión como sus férreos principios morales, de obligado cumplimiento para mis fieles.
La Biblia es verdadera Palabra de Dios y
el mensaje que contiene es de amor y esperanza para el género humano aunque su lectura literal puede llevar a conclusiones erróneas como las extraídas por Pepe Rodríguez en uno de sus libros.
Es cierto que lo que en ella aparece escrito tiene muy poco que ver con lo que dice mi Iglesia y eso solo puede significar una cosa, la lectura no se hace de manera convenientemente subjetiva y manipulada. Porque la clave para saber interpretarla está en guiarse fundamentalmente por la La Tradición católica, que no es otra cosa que la atmósfera o el ambiente en el que ésta se escribió. El verdadero mensaje de la Biblia no está en lo que esta dice, sino en lo que la tradición católica dicta que debe decir.
Una gran virtud que no hay que menospreciar de la Biblia es que es muy extensa, lo cual hace que siempre pueda extraerse algún fragmento para ser interpretado en favor de los más diversos postulados de la Iglesia católica. Es por eso que mi Iglesia utiliza ciertos pasajes concretos a su conveniencia, obviando los más perjudiciales para la fe.
La mejor manera de que la feligresía no reciba una objetiva en inconveniente interpretación bíblica es evitar su lectura directa y de hecho, mi Iglesia se ha encargado de que los textos bíblicos solo hayan sido accesibles para los poquísimos que sabían latín y griego hasta el siglo XVI. La siempre ejemplar Iglesia católica española ha conseguido que no hubiese una traducción al castellano hasta la última década del siglo XVIII. No deja de ser otro logro el que, pese a ser hoy en día fácilmente accesible, son muy pocos los insensatos creyentes que se la han llegado a leer, limitándose el resto a creerse dócilmente las interpretaciones usadas en su adoctrinamiento. Si algun pertinaz feligrés se empeña de todos modos en su lectura, deberá tener siempre muy presente el hecho de que no resultará una absoluta pérdida de tiempo el extraer sus propias conclusiones ya que únicamente serán válidas las interpretaciones oficiales de la jerarquía católica.
Conviene recordar que de la lectura correcta de la Biblia surge la verdadera ciencia y que, para aquellos más arrogantes que se empeñen en una lectura racional, en lugar de aceptar la correcta interpretación que surge fruto de la inspiración del Espíritu Santo, es de obligada aplicación el útil recurso del miedo a la condenación.
Es importante el hecho de que la veracidad de la Biblia se justifica en sí misma de forma circular.
Podría parecer hipócrita el formular toda una religión basada en principios morales divinos y absolutos en base a una interpretación completamente sesgada y subjetiva de unos escritos humanos pero, queridos feligreses, ¿acaso no es la hipocresía un valiosísismo recurso para salvaguardar la fe?.

1 comentario:

Arye dijo...

Fascinante. Tienes una increíble capacidad de análisis. Prácticamente todo lo que dices fueron la causa de que abandonara el catolicismo para ser atea.
Pero yo soy muy torpe para explicar estos razonamientos cuando me preguntan por qué dejer de creer, por eso a partir de ahora les doy la dirección de tu blog y me quedo tan pancha xDDDD

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