jueves, 6 de noviembre de 2008

De lo relativo y lo absoluto.

Dado que la religión cumple una función básica de mitigar el ansia humana de conocimiento cuando faltan los datos necesarios, tiene la gran ventaja de que no ser esclavo de éstos. Por lo tanto es lógico que, dado que se crea únicamente en base a cubrir unas determinadas necesidades, se trate de una disciplina repleta de certezas absolutas e inamovibles.
Todas éstas certezas orbitan alrededor de una o varias figuras mágicas y sobrenaturales denominadas dioses. Puesto que el hecho de la divinidad está repleta de contradicciones, cuanto más dioses más contradictoria e indefendible resulta una religión. Pese a que es deseable que la razón quede en un papel muy secundario en el sentimiento religioso, siendo mucho más importantes la fe y la tradición, no es raro que las que más aceptación han ido adquiriendo a lo largo de los tiempos hayan sido las monoteístas. En éstas religiones es un único dios necesariamente omnipotente quien de forma arbitraria crea tanto el mundo físico como las leyes y valores necesariamente absolutos que lo rigen. Dado que todo ésto responde a la necesidad de crear explicaciones fáciles, prefiere obviarse la paradoja de que un Universo regido por leyes y valores absolutos e inamovibles es claramente incompatible con la omnipotencia de su creador, que se ve por lo tanto limitado por éstos.
En cualquier caso, de todos éstos sumos hacedores de verdades absolutas, sólo Yo soy el auténtico y es Mi Iglesia la encargada de su administración y difusión. Porque dicha institución se ha encargado desde sus orígenes de ejercer su proverbial labor pastoril usando lo absoluto de mi verdad como argumento de autoridad. Es así que el poder de mi Iglesia ha gobernado la lo largo de la historia las vidas de los habitantes de muchos países en base a argumentos absolutos, inventados únicamente como parche para subsanar la falta de conocimiento. Por eso la ignorancia resulta tan valiosa y por eso es tan necesario incidir en la importancia de los valores absolutos. Gracias a que cuenta con ellos Mi Iglesia siempre ha atacado a los no creyentes acusándolos de relativismo, del mismo modo que también ataca de manera loable al perverso laicismo.
El gran problema es que los tiempos cambian y eso conlleva la falta de adaptación de los viejos valores absolutos a las nuevas sociedades, que quedan obsoletos e inservibles y pasan a constituir un pesado lastre. Es entonces cuando aparece otro gran problema, la sociedad clama por una revisión de los viejos valores para adaptarse a los nuevos tiempos, sin plantearse que eso implica reconocer que son realmente relativos, lo que conlleva el desmoronamiento del enorme entramado religioso construido únicamente sobre la base del carácter absoluto de mi verdad. Ante la difícil tesitura de que mi religión desaparezca, bien por obsolescencia o bien por evidenciarse como fraudulenta, mi Santa Iglesia siempre ha sabido cómo encontrar la templanza justa para relativizar sus verdades absolutas de la forma más suave posible, protegida por el oscurantismo. Gracias al seguidismo del rebaño y a la necesidad de mis feligreses de creer en algo, la difícil tarea siempre se ha llevado a cabo con considerable éxito, pero la relativización de los principios absolutos ha de hacerse muy despacio para no despertar sospechas y la sociedad cada vez avanza más deprisa…

2 comentarios:

NANO dijo...

Mentira!

Este no es el blog de Dios. ¿Que como lo sé? Porque a Dios el blog se lo llevo yo, que soy EL HEREJE, su único y verdadero portavoz parlamentario en la tierrra.

Sabed todos la verdad: El blog de Dios es La gran hoguera : http://lagranhoguera.wordpress.com y él, Dios, se hace llamar DiDí.

El que tu seas un farsante, no me impide proponerte un cambio de links, así que si quieres, dime algo en pepeelhereje@gmail.com

Saludos celestiales

El Creador dijo...

En verdad eres un verdadero hereje.

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