miércoles, 25 de noviembre de 2009

El maravilloso poder de la fe.

La siguiente noticia podría ser considerada como un alentador ejemplo del poder de la fe:

http://www.elpais.com/articulo/internacional/matar/bebes/legitimo/elpepuint/20091119elpepuint_5/Tes

Hace un mes varios soldados israelíes celebraron su graduación y estamparon su mensaje en una pancarta: "El batallón Shimshom no evacuará Homesh". Ese batallón pertenece a la brigada Kfir del Ejército israelí, desplegada en el territorio palestino de Cisjordania. Y Homesh es una colonia al noroeste de Nablus, desmantelada en agosto de 2005 y a la que han regresado varios fanáticos con intención de reconstruirla. El lunes, otros seis militares imitaron a sus colegas en armas en otro acto en una base al sur de Hebrón. "La Brigada Nahshon tampoco evacúa". Son jóvenes que estudian en Hesder Yeshivas, las 62 escuelas que combinan estudios militares con el aprendizaje de la Torá. En alguna de ellas, alzadas en los asentamientos, se imparten lecciones escabrosas.El Gobierno israelí insiste en que toda incitación contra Israel debe ser atajada de raíz si los palestinos desean algún día vivir en un Estado independiente. La Autoridad Palestina se puso manos a la obra hace pocos años y ha recibido el aplauso del Gobierno de Estados Unidos por sus esfuerzos en los colegios. Hoy día, funcionarios del Ejecutivo palestino reciben con 24 horas de antelación los sermones que los imanes pronunciarán los viernes, y los templos se cierran una vez acabada la oración.Ya no se permite que los islamistas, perseguidos con denuedo, utilicen las mezquitas a su antojo para instigar el desprecio al judío. "Los espías abundan en cada rezo. La gente no se atreve a comentar nada con desconocidos", asegura Issa, un treintañero de un pueblo lindante con Jerusalén. En Gaza, estrangulada desde hace tres años y regida por Hamás, la historia es diferente: los niños maman el odio. En las mencionadas yeshivas se difunde también, y con dinero público, un odio atávico, aunque, naturalmente, la diana es el árabe.¿Y qué enseñan en la yeshiva de Yitzhar los rabinos Yitzhak Shapira y Yosef Elitzur? Que en determinados supuestos, y la laxitud produce vértigo, se puede matar a niños gentiles. Para estos rabinos, paladines del sionismo religioso, el árabe, el cristiano -todo gentil- es un ser inferior, a menudo peligroso, y siempre alguien digno de desconfianza.¿En que circunstancias se puede matar a bebés? "Porque su presencia puede promover los asesinatos. Existe una razón para dañar a los niños si está claro que crecerán para hacernos daño... Está permitido dañar a los hijos de un líder para presionarle con el fin de que no actúe malvadamente... Hemos visto en la Halaja [ley religiosa judía] que incluso existe causa para matar a los bebes de gentiles que no violan las siete leyes otorgadas por Dios a Noé por la futura amenaza que causarán si son criados por gente malvada como sus padres", han escrito Shapira y Elitzur en su libro La Torá del Rey: leyes sobre la vida y la muerte entre los judíos y las naciones". Se ha vendido con éxito en Mercaz Harav, una yeshiva de Jerusalén que es el buque insignia del sionismo religioso.El lunes, el diario Haaretz informaba de que la yeshiva dirigida por Shapira recibió fondos del Estado por valor de 150.000 shekels (27.000 euros) desde 2007. El Ministerio de Educación, según la ONG israelí Yesh Din, aportó otro millón de shekels (180.000 euros) entre 2006 y el año siguiente. El Ejecutivo hebreo ni siquiera se plantea sanciones pecuniarias.Shapira y Elitzur animan a sus alumnos a hacer caso omiso de las leyes civiles de su propio país. "No se necesita una decisión del Estado para permitir el derramamiento de sangre de quienes pertenecen al imperio malvado. Incluso los individuos atacados por la soberanía del mal pueden tomar represalias", escriben. La distinción entre soldados y civiles en tiempo de guerra es asunto poco relevante. "El principal esfuerzo de la guerra debe destinarse a quienes intentan matar, pero cualquiera que es miembro de la nación enemiga es considerado un enemigo".Son un buen puñado los rabinos que llevan décadas esparciendo semejante ideología. Durante la guerra de Gaza, el invierno pasado, se distribuyeron panfletos entre la tropa en los que se instaba a no mostrar piedad con el enemigo. El rabino jefe del Ejército, Avichai Rontzki, insistió la semana pasada en la inclemencia que debe adornar a los militares en el campo de batalla. Al Gobierno de Benjamín Netanyahu no le preocupan demasiado estas proclamas de los barbudos rabinos. Sí el desacato de los uniformados que advierten su disposición a incumplir órdenes de sus mandos. "Rechazar una orden", aseguró el martes, "significa la quiebra del Estado. No debe ocurrir, y haremos todo lo posible para poner fin a la desobediencia". Ya ha habido casos en que la policía, y no el Ejército, se ha hecho cargo de la evacuación de cientos de colonos.Eliezer Melamed, rabino de la colonia de Bracha, una de las más combativas en el acoso a los pueblos árabes vecinos, en las inmediaciones de Nablus, no parece dispuesto a ceder. Acaba de publicar Revivim, un libro en el que explica: "Una sencilla ley de la Halaja precisa que está prohibido para cualquier persona, soldado u oficial, participar en el estrictamente prohibido acto de expulsión de judíos de sus casas y en la entrega de cualquier porción de la Tierra de Israel al enemigo. Quien viola este precepto, viola varios mandamientos de la Torá".A juicio de Melamed, "la mayoría de los oficiales superiores están contaminados por la política". De una ventaja disfrutan los militares que rechazan cumplir una orden por motivos ideológicos. Por cada día que permanecen en una prisión militar -suelen ser condenados a 30 días de cárcel- reciben de una ONG israelí 1.000 shekels (unos 190 euros). Algunos jefes militares han salido a la palestra para asegurar que los alumnos de las Hesder Yeshivas son excelentes soldados, y la asociación que agrupa a las 62 escuelas talmúdicas también afirma que las amenazas de incumplir las supuestas órdenes de evacuación de colonos -muchos de ellos sirven en filas precisamente en Cisjordania- son excepcionales. No lo son tanto. Y muy poco se hace para parar los pies a esos rabinos desaforados.A este caldo de cultivo de la xenofobia acuden gustosos personajes como el ciudadano israelí de origen estadounidense Yaakov Teitel. Procesado por el asesinato de dos palestinos en los años noventa y por tropelías de toda índole contra policías israelíes, profesores universitarios u homosexuales, declaraba ufano en el juicio que acaba de abrirse en su contra: "Sin duda, Dios está satisfecho conmigo".

Esta noticia acerca del conflicto judeo-palestino demuestra claramente los maravillosos logros que el constreñimiento mental proporcionado por la fe es capaz de conseguir, en su virtuosa función de desprecio de la razón. También es una grandiosa demostración de lo necesaria que es una justificación divina para la moralidad y de que una sociedad nunca debe olvidar a su Dios. Es cierto que puede dar mala imagen de Mi cruel versión Dios 1.0., que es en la que creen los judíos, el autoproclamado "pueblo elegido", pero la verdad es que Yo siempre he sido bastante sádico e iracundo.

Se pone en evidencia a aquellos que, pretendiendo salvaguardar las creencias religiosas, argumentan que este conflicto se debe "a una lucha por el territorio no por la religión". Ésta gente, que pretendiendo proteger a la religiosidad, no hace sino ningunearla postergándola a un segundo plano con argumentos superficiales, hace así un flaco favor al hecho religioso, confundiendo causas con consecuencias. Las diferencias religiosas son la causa del conflicto y la ocupación del territorio su consecuencia.

En virtud una tradicional actitud general de condescendencia con las religiones, éstas manifestaciones religiosas deben siempre ser achacadas al fundamentalismo, que es simplemente el resultado de actuar conforme a los principios de dichas religiones, que, por supuesto, nunca deben ser cuestionadas en sí mismas. Tampoco hay que criticar nunca su papel de generadoras de certezas indemostrables, que son las que originan estos conflictos. Lo que debe quedar claro que los fundamentalismos no tienen cabida en Mi religión, puesto que es la única verdadera, y debe ser tomada completamente en serio y aceptarse en su integridad.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Mi ira justiciera.

Siendo Yo un tipo infinitamente bondadoso, también soy famoso por resultar un tanto vengativo e iracundo. En el siguiente enlace se puede encontrar una devota página que detalla algunas citas bíblicas que hacen referencia a tan bonito asunto:

Tengo que reconocer que a veces tengo muy mal carácter, aunque por lo menos he mejorado algo desde Mi muy malumorada versión de Dios 1.0.. Pese a haber dotado al ser humano de libre albedrío, Mi sádica condición hace que siempre Me muestre dispuesto a castigarle de forma cruel y dolorosa por los actos consecuencia de la libertad que Yo mismo le he otorgado. Acostumbro a hacerlo contra a quienes que adoran a dioses de la competencia, cosa que queda sobradamente documentada en el Antiguo Testamento. Lo mismo ocurre en Mi eterna lucha contra el malvado Satanás, que acostumbra a provocarme recurrentes venganzas justicieras. También contra aquellos que desoyen los preceptos de Mi Iglesia y dejan progresivamente de tomarse en serio su fe. Pero lo que resulta realmente grave es el caso de aquellos que abandonan completamente el rebaño y se creen con legitimidad para pensar por su cuenta, libres del necesario constreñimiento mental que proporciona la necesidad de creer. Porque todavía hay esperanza para aquellos en los que dicha capacidad se encuentra desorientada y quien es capaz de creer en otros dioses puede potencialmente ser ganado para el rebaño de Mi fe. Aquel que coquetea con el maligno es porque cree en Él, y eso implica que también en Mí, puesto que su existencia es inseparable de la Mía. Es por eso que la existencia del ateísmo es lo que más Me irrita, en la medida que implica que hay gente a la que no puede acceder Mi fe por carecer de unos requerimientos mínimos de credulidad.
La manifestación última de Mi ira es la condenación a la que destino a todo aquel que no cumpla con Mis normas, arbitrariamente impuestas.


En Mi infinita bondad, debo muchas veces de administrar dolorosos castigos a Mis criaturas, para fomentar el temor hacia Mí, que les permite llevar una vida completamente libre y plena de amor y esperanza. Porque tanto los más desastrosos y multitudinarios cataclismos y pandemias, como las desgracias que acontecen a cada individuo en de forma íntima y personal, son recurrentemente justificados en base a ella. Para ello basta usar criterios completamente subjetivos e insostenibles.
El miedo a Mi ira es lo que permite que el pensamiento humano esté lo suficientemente atenazado como para incapacitar a muchos creyentes para pensar objetivamente, editándoles caer en devaneos racionalistas. La prueba de éste atenazamiento es que es recurrentemente usado por ellos como argumento contra aquellos que usan la razón para desmontar los dogmas religiosos. Es muy admirable el esperar a que ocurra alguna desgracia en la vida del infiel, que poder atribuir a la venganza de un dios amoroso e iracundo. Pero si se les quita ésta argumentación, por muy débil que pueda resultar, muchos de Mis feligreses no sabrían que decir para defender y justificar la fe. Porque lo único que subyace a todo ésto es algo tan consustancial al ser humano como es el esfuerzo por eludir la mala suerte, que tan frecuentemente toma la forma de castigo divino.
El miedo al castigo divino es muy útil para aquellos que ejercen un poder totalitario que frecuentemente busca su justificación en Mí. Dicho miedo también se manifiesta con más fuerza y recurrencia cuanto menos recursos y cultura tenga una persona, haciendo así que los desdichados creyentes vean más motivos para temerme, viéndose incrementada su fe.
Puede que parezca que Mi Ira simplemente es producto de la necesidad de tener un dios cutre dotado de cualidades completamente humanas. También puede que sea cierto que el ser humano acostumbre a buscar la justificación para todo tipo de desastres, catástrofes y enfermedades en Mi Ira justiciera, en base a criterios completamente subjetivos. Resultaría muy inconveniente reconocer que se trata de un fenómeno supersticioso que se debe a que la innata tendencia de creer en lo sobrenatural se acentúa espectacularmente ante la sensación de falta de control que asola al ser humano ante las desgracias de la vida. Habría que tildar de devastador para las religiones el admitir que se origina y se retroalimenta con la miseria. Pero aquel que sea capaz de superar su miedo hacia Mí y ose usar tales argumentaciones en contra de Mi religión puede estar seguro de que recibirá el correspondiente castigo fruto de Mi Ira. Y si no lo es, no es debido a que Yo no exista, sino a que soy incomparablemente indolente.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Humor irreverente.

En los siguientes vídeos de miembros de una muy piadosa y devota organización ultracatólica, de esas que tanta falta hacen hoy en día, Mi devota feligresía podrá ver a qué horrendas vejaciones se ve sometida Mi Iglesia en España, como consecuencia de un estado que se ha caído en el horror laicista y, no sólo se ha olvidado de su dios, que soy Yo, sino que además ha perdido su miedo hacia Mí y hacia Mi Santa e hipócrita Iglesia.





El siguiente vídeo es de cosecha propia y es una prueba más de cómo se critica con humor irreverente e inadmisible a Mi religión, en ese programa maldito:



Cuando un pueblo deja de tomarse en serio su fe verdadera, ocurren cosas tan horrendas como las que se ven en el vídeo, perdiéndosele el respeto a lo sagrado, que se torna en objeto de burla como si no fuese algo ante lo que postrarse incondicionalmente evitando a toda costa hacerlo objeto de discusión o análisis. Se consigue llegar a superar la visión sesgada de la fenomenología religiosa que con tanto esfuerzo se ha ido consiguiendo gracias al necesario adoctrinamiento infantil, generación tras generación. Se ridiculiza el mensaje de Mi Iglesia haciendo bromas con su endémica pederastia, se exponen las evidentes contradicciones de su mensaje y, lo peor de todo, se meten con lo más sagrado de todo que es la impresionante campaña de marketing (que no conoce crisis) desplegada para su financiación. Todo con un humor sarcástico e irreverente. Porque la solo una sociedad degenerada homosexual, abortista y atea, al servicio del maligno, puede permitir que se pueda hacer humor con lo sagrado. Menos mal que ahora he creado este blog para que se tome en serio la fe.
Hay que conseguir volver a un sistema político completamente subyugado a Dios, en el que no sean posible estas falsas libertades que tan de moda están y tanto denigran la condición humana. La única libertad verdadera es la vivir servilmente según los dogmas de Mi Iglesia, llevando una vida plenamente gozosa de adoración y temor hacia Mí y los Míos.
Queda claro que Me sobran motivos para abandonar momentáneamente Mi incomparable indolencia y descargar Mi ira justiciera sobre los responsables. ¡Ay si no fuese porque ese Wyoming es un cachondo!...

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